jueves, 28 de junio de 2012

Los hombres (ricos, guapos y grandes jugadores)

no lloran (pero hay días que maldicen y envidian, vaya como envidian...)

sábado, 23 de junio de 2012

Teoría (provisional) de porteños y catalanas o el agua y el aceite

Uy, ya verás, los argentinos, qué guapos son, qué seductores, qué peligro, que bla bla bla, me decían antes de venir para aquí.

Pasó un mes, luego dos, tres, cuatro, cinco...  

y porteños guapos hay, porteños salidos repasando el culo de todas las tías que pasan por la calle también, pero... ¿peligrosos?

Varias amigas catalanas confesaban estos días que echamos de menos que nos sonrían de forma gratuita en la calle, que un tío se nos quede mirando en el subte, que alguien frene su bici junto a la tuya para preguntarte cualquier tontería, que te sigan por el súper, que se te acerquen con curiosidad en un café... y si finalmente ocurre... ¡nunca son argentinos!

Por regla general, los porteños ni te miran (a los ojos; el culo siempre), pero la excepción que confirma la regla aparece y empieza a enrollarse y enrollarse y enrollarse... algo que a las catalanas, pues como que... no. (o no... la mayoría de las veces).


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Las pruebas por ahora son escasas y poco concluyentes, quizás algún día nos comemos la teoría con patatas.

viernes, 22 de junio de 2012

Girls' day & night








Empezamos a darle a la lengua a las dos de la tarde, animadas por un risotto de marisco y mucho vino blanco, y nos paramos hasta caer rendidas en el sofá, frente a una peli romanticona, pasada la medianoche.



Mono de poder en Paraguay

Si llevas 61 años en el poder (los que llevaba el Partido Colorado en Paraguay, 35 de ellos bajo la dictadura de Alfredo Stroessner) tiene que ser complicado que venga un obispillo de los pobres y te quite el chiringuito en una votación popular (abril de 2008).


Imagínate el mono que te puede entrar de pensar que tienes que esperar cinco años hasta las siguientes elecciones y ni siquiera entonces tienes asegurada la victoria. Después de ir al psicólogo para intentar quitarse el trauma, los colorados intentaron varios trucos: sacar todos los trapos sucios que encontraron de él, como los escándalos de paternidad que han rodeado su presidencia; comprarle a él o a su entorno, como ha demostrado el progresivo acercamiento del Ejecutivo a la oligarquía latifundista; o, el golpe definitivo, el que parece que ahora sí que sí: organizar un tamayazo por todo lo alto y forzar su dimisión.


Sigo en Própolis, que aquí prefiero hablar de sexo y palomitas.

miércoles, 20 de junio de 2012

Nivelón en la selección

P. ¿Por qué se cortó el pelo?

R. Por cambiar. La vida son ciclos, etapas, y creo que la imagen es importante para simbolizarlas. He tenido la suerte de ser campeón de Europa y campeón del mundo jugando de lateral con los pelos largos y ahora que me toca hacerlo de central he creído que era mejor jugar con el pelo corto.
Sergio Ramos, entrevistado en El País bajo el titular de "Un líder nace". Cómo no ser fan de alguien que además de tener un cerebro tan privilegiado, es capaz de tirar los penalties a dos metros sobre el cielo...

martes, 19 de junio de 2012

Come in



lunes, 18 de junio de 2012

Impuestos a los especuladores

El FMI (ese organismo que estuvo dirigido por Rodrigo Rato, el mismo que estuvo al frente de Bankia hasta que se anunció el boquete multimilmillonario en sus cuentas largamente maquilladas) pide subidas del IVA que los Gobiernos rápidamente aprueban. Queridos y sumisos políticos, prueben a ordeñar a la Iglesia que todo lo perdona y a los inversores financieros que con todo especulan. A lo mejor, hasta les gusta. Y si no les gusta, que les jodan: a nosotros no nos preguntan.

sábado, 16 de junio de 2012

Agujero en el estómago II

Los primeros días rodriguezanos siempre son geniales. No te preocupas por cocinar y comes lo primero que encuentras o llamas a un delivery, no te inmutas si el salón está desordenado, te pasas horas y horas en el sofá viendo pelis que a tu pareja no le gustan, leyendo sin interrupciones un poco de aquí y otro poco de allá, escribiendo compulsivamente, viendo vídeos porno con el volumen alto, corriéndote en cualquier lugar, viciándote a juegos, juntándote con colegas, follando con otros, durmiendo a deshoras... 

Necesitaba unos días así más que un pez el agua. Pero esta mañana, recién despertada, sólo deseaba encontrar a tientas su cuerpo caliente y arrimarme a él, acercar mi cara a sus labios hasta rasparme con su barba sin afeitar, hasta mezclar mis pelos rizados con los suyos tan lisos, besarle, recibir besos soñolientos, escuchar cómo me pide quedarse en la cama un poco más.

Exprimir naranjas con el peque ayudándome, calentar leche, preparar un café bien cargado, tostadas, algo de fruta y sentarnos juntos a desayunar. Buscar una sonrisa en sus ojos gatunos, mezcla insólita de verde y castaño, quedarme mirando sus aros, desear morderlos, mirar el reloj para saber cuántas horas faltan para que el bitxito se duerma y me quede a solas con él. 

Hacía tantos meses que no le extrañaba, que no me dolía su ausencia, que el agujero en el estómago tiene esta vez unas dimensiones desconocidas; más abismal, más punzante, más corrosivo; e imposible de cerrar hasta que le vea cruzar la puerta de salidas en Ezeiza.

Batería baja

Nos acercamos al telo con la batería parpadeando, advirtiendo que está a punto de agotarse debido a los últimos días de idas y venidas, nervios y estrés acumulados. 

Queremos dormir, y dormiríamos, pero su boca busca la mía, mi mano su nuca, sus labios mi oreja, mis muslos su polla, su rodilla mi coño y así no hay señal de alerta que sea escuchada; en el cerebro sólo cabe la necesidad de desnudarnos y follar con urgencia. Me empuja contra la pared y siento el frío del yeso en mi boca entreabierta, en los hombros, en las tetas, y el calor de su polla entrando y saliendo de mi coño empapado, mientras sus manos me agarran del culo y me tiran del pelo obligándome a echar la cabeza hacia atrás y a escucharle.

Cuando nos abalanzamos sobre la cama, la reserva de energía está ya tan baja que sólo soy capaz de memorizar unas cuantas embestidas antes de caer a su lado, cerrar los ojos y recuperar así una raya de batería, la mínima necesaria para ducharnos, vestirnos y salir de allí.

Borrando huellas

Salimos. 

Minutos después, alguien abre la puerta, empuja el carrito, entra, abre las cortinas y las ventanas de par en par, cierra la puerta. Por un momento abandona los gestos mecánicos y mira a través del espejo a su alrededor, preguntándose cómo es posible desordenar una habitación así en sólo un par de horas (¿en su casa armarían tanto quilombo?), pero no gasta tiempo en responderse y vuelve a la rutina: 

Tira a lavar las toallas usadas y en una bolsa de basura los botes de gel y champú semigastados, pasa un chorro de agua por la bañera y coloca tres toallas limpias y dobladas, con dos botecitos nuevos encima, en uno de los extremos (¿por qué usaron las tres? ¿Se ducharon solos o por separado? ¿lo hicieron por higiene, por costumbre, por placer o para borrar cualquier rastro del otro en sus cuerpos adúlteros? Unos tanto, otros tan poco... casi ni se acuerda de la última vez que su piel quedó impregnada de sexo, está segura de que no fue durante los últimos polvos con su gordo, esos antes de separarse, demasiado cortos e insulsos para provocar ningún olor). Pasa la fregona algo distraída.

Entra rápido en la habitación, se agacha para recoger las fundas de condones que han quedado por el suelo y las almohadas que se han caído, recoloca la alfombra, devuelve la cama a su lugar original, borra las huellas de unas palmas que han quedado en lo alto del cabezal, retira las sábanas manchadas de sangre (¿follaron mientras ella tenía la regla? ¿hay algo que les dé asco?) y las substituye por otras inmaculadas, dejando la cama otra vez perfecta, sin ninguna arruga. Se lleva al bolsillo de la bata los condones abandonados sobre la mesita (para la otra limpiadora) y tira la caja (XL, ¿cómo será de grande?, ¿le habrá hecho daño?, ¿le habrán dado arcadas?). 

Mira el reloj, 22 minutos ya. Aspira con prisa el suelo. Mira a su alrededor, todo parece en orden, pero en el último vistazo descubre las marcas de cuatro manos en la pared, se acerca con un trapo para eliminarlas y borra también el rastro de lo que debió ser parte de un cuerpo femenino aplastado allí mismo.

Tira el trapo al carrito, lo empuja hacia la salida, cierra las ventanas, corre las cortinas, abre la puerta y sale de una habitación oscura por la que nunca ha pasado nadie.

viernes, 15 de junio de 2012

Sueño profundo, de Banana Yoshimoto

Deambulan, noctámbulas, solas y adormecidas, varias jóvenes tokiotas por este libro japo de relatos, de ritmo lento y a ratos onírico, ideal para leer un poco y dormirse con ellas.

Terako, mantenida por su amante: 
"El sueño me invade como la pleamar. Y no puedo resistirme. Es un sueño profundo, sin límites."

Shiori, profesional del 'sueño compartido': 
"Por las noches no puedo dormir, eso no sería profesional, ¿entiendes? No puedo dejar que se sientan solos. A todas las personas que vienen las han herido de maneras muy sutiles. Todas están exhaustas. Tan exhaustas que ni siquiera se dan cuenta de que lo están. Y todas estas personas, todas sin excepción, se despiertan durante la noche. Y en esos momentos es importante que, en medio de una luz suave, yo les sonría".

Shibami, hermana herida: 
"Este último año ha sido extraño para las dos. En el curso de nuestras vidas, ha sido un espacio de tiempo aparte, con una velocidad distinta. Un espacio hermético, silencioso. Más adelante, cuando miremos hacia atrás, seguro que lo veremos teñido de unos colores propios, como un bloque compacto [...] De un color azul marino como éste. El color de la noche cerrada, donde se concentra todo: los ojos, los oídos, las palabras".

Libido descontrolada por el destete

Los médicos recetan dostinex (media pastilla cada doce horas) para retirar la leche. En el prospecto explicita que entre los posibles efectos secundarios está un aumento brusco del deseo sexual o la obsesión sexual, así que cualquier exceso cometido en estos días será achacado al medicamento... Se aceptan proposiciones :)

Gintonics en los cielos

Tere, una excompañera de japonés, reapareció ayer en mi vida vestida con el uniforme de Iberia en uno de los pasillos del A-360 con el que volví a Buenos Aires. "Toma", me dijo, tendiéndome un vaso de vino poco después de despegar. "Toma" volvió a decirme al entregarme un gintonic en vaso de cristal sacado de preferente. "Toma", me dijo con la segunda copa. Y yo tomé y tomé y tomé, emborrachándome a 30.000 pies de altura hasta fundirme a negro.

Sin patriarca

Murió mi abuelo, el patriarca, mandón, gritón, de derechas y del Real Madrid hasta la médula. Crucé el océano como un rayo, no por él, sino para abrazar a mi abuela, dulce, elegante, humilde, mansa y mullida, no sea que no pudiese volver a hacerlo más.

Líbero: 407 gramos de cultura y fútbol

"En Europa, yo sería Gardel", dijo Alfio Basile antes del Argentina-Colombia. Y digo del Argentina-Colombia porque aunque hubo y habrá más, por el Argentina-Colombia sólo se puede entender uno, el 0-5 del Monumental en septiembre de 1993.
Así empieza el artículo de Maldini, el primero que leí de la revista Líbero. Ese partido fue un mazazo en toda regla al ego de Basile y de todos los argentinos y aunque casi 20 años después su autoestima sigue estando por las nubes, el resultado bochornoso seguirá ahí.


El equipo de Líbero aspira a "futbolizar la cultura o culturizar el fútbol". Poco sé de una cosa ni de la otra, así que pregunten por otro lado si consiguen el objetivo. Pero a mí me flipó que rescata éste y otros momentos inolvidables en los que el fútbol trasciende los colores de un club o de un país, de esos que se convierten en leyenda y se transmiten de abuelos a padres, de padres a hijos, a nietos, a sobrinos... Además, me puso los pelos de punta descubrir que alguien rompió el peroné a Messi cuando era aún un cachorro de hombre-perro, y me divertí buceando entre las fantasías miedos recuerdos de los poetas músicos escritores periodistas que se desnudan entre sus 407 gramos de papel.

Contrato pre-nupcial

Después de dejarme plantada frente al altar, volvió a llamarme: "perdóname, que sí, que te quiero de verdad. Sólo tienes que firmar este papelito y el lunes todo empezará".
Firmé. Glups. Soy gilipollas. Lo seré al menos tres meses.

domingo, 3 de junio de 2012

Laváme la cacerola, que voy a protestar

“Por una Argentina como la que todos queremos, digamos BASTA. Basta de falta de medicamentos... basta de cepo bancario al dólar... basta de trabas a las importaciones... basta de corrupción”, podía leerse en la convocatoria de mani contra el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (CFK) que corrió la semana pasada por Twitter.

 Las protestas en Buenos Aires llegaron a las portadas de Clarín y La Nación, pero las cacerolas y las bocinas sólo sonaron en los barrios ricos del norte, como Recoleta, Palermo o Belgrano, es decir, en aquellos donde muchos de sus habitantes cobran, ahorran y respiran en dólares, por lo que les beneficiaría la devaluación del peso que reclaman. 

Twitter tardó poco en llenarse de tuits burlones: “Protestan con las cacerolas que les acaba de lavar la mucama”, "Protestaría, pero  guardo los dólares en la cacerola" o fotografías como las de este post, acompañadas de cachondos pies de foto: "El bolso pesa demasiado, lleva a la mucama para que golpee la cacerola por ella", "Cafecito de Starbucks y habano. No llevó a la mucama porque tenía a la esposa a mano. Alto garca". 

sábado, 2 de junio de 2012

Tomates de laboratorio

En el súper, al lado de las "patatas para freír", "patatas para guisar" o "patatas para ensaladas", los hipocondríacos podrán encontrar "tomates contra el cáncer", "tomates contra el sida" y los nostálgicos gozarán de "tomates con sabor a tomate". Es sólo cuestión de tiempo: todos ellos andan sueltos por los laboratorios, en los que que se acaba de decodificar su genoma completo.

Los tomates abrieron la veda de los transgénicos hace dos décadas: los flavr savr fueron la primera hortaliza genéticamente modificada que se puso a la venta. Desde entonces, a los tomates se les han ido haciendo retoques por aquí, retoques por allá para que crezcan cada vez más rápido, sean más grandes, bonitos y abundantes, toleren mejor los pesticidas y fertilizantes o aguanten hasta 45 días a temperatura ambiente sin pudrirse. Estas verduras todoterreno tenían tiempo para dar varias veces la vuelta al globo, pero por el camino habían perdido gusto, olor y vitamina E, detalles que los científicos prometen remediar en breve.


Quienes no quieran esperar pueden probar a comerlos sólo en verano, a ser posible de variedades antiguas que eran menos productivas pero más sabrosas, plantándolos uno mismo (si es en maceta, mejor cherrys) o comprándolos directamente a algún agricultor cercano que los recolectase el día anterior. Es un sistema que funciona desde hace unos 2.500 años, cuando el tomate empezó a cultivarse en las cercanías de la cordillera andina... 

viernes, 1 de junio de 2012

El noviazgo más efímero de mi vida

"Finalmente mis padres autorizaron nuestro noviazgo, querida. Te quiero, déjalo todo ahora mismo, coge los papeles y corre a mis brazos. El lunes empezarás una nueva vida a mi lado", me dijo este mediodía la representante de una gran empresa periodística española.

Excitación pánico nervios dudas han recorrido mi cuerpo de novia camino al altar, hasta que siete horas más tarde, volvía a telefonearme y empezaba su conversación así: "Hola... no sé cómo decirte esto...".

Destierro

Desde hace años, muchos se han ido a poner cafés, trabajar o simplemente vivir fuera de ese país mugriento que se llama España. [...] 

Muchos, ya entonces, se largaron en silencio. No se quejaron jamás de las injusticias que vieron en su entorno, de la corrupción mental, de la indiginidad de vivir en la tierra del amiguismo o del quítate tú para ponerme yo. Como sombras abandonaron discretamente el barco.

Son aquellos que no tienen amigos, que no roban, ni mienten, son aquella parte de la sociedad que se sienta a tu lado y comparte las cosas que son normales, las que nos hacen ser humanos.

No son los mejores los que se van. Los que se destierran, son aquellos que aspiran simplemente a vivir dignamente, los que no soportan que su patria sea un infierno.

Lo cuenta David desde Londres. Lo comparto desde Buenos Aires.