"Mamá, una luna", me dijo hoy Kim mostrándome una hoja de eucaliptus arqueada recién caída al suelo.
"Sí, una luna. Una luna verde", contesté sonriéndole.
Muchas lunas verdes, al alcance de la mano, pero sin tus ojos nunca me hubiese dado cuenta.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Con los ojos de un niño
Publicado por minimono en 12:42
Etiquetas: felicidad, maternidad, ojos de niño
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
niano niano ni nianano nano nano noa ni!
Sí, jajajaja, totalmente.
Me lo quiero comer a besos cada vez que me dice cosas de estas, ayer me soltó que el sol se va al agua patos al ver una puesta de sol en el mar, jajajaja.
¡Es monísimo!
Publicar un comentario