jueves, 13 de marzo de 2008

De sujeto a objeto

Silda Wall Spitzer, con ojos vidriosos al lado de su marido en la rueda de prensa en que confiesa públicamente que ha follado [y gastado 80.000 dólares] con prostitutas de lujo,

Hillary Clinton, al lado de su marido cuando confiesa que ha tenido contactos íntimos inapropiados,

y una larga lista de political wives que posan en la foto, lloran, pero no hablan.

El libro de Despentes ha aparecido en medio de las imágenes humillantes de estas mujeres convertidas en florero ya sea por ambición política, por dependencia, por gilipollez o por motivos que me dan absolutamente igual.

Hace años, en la terracita de una fontanera digital de la que he aprendido mucho, K dijo que los hombres están acojonados. En ese momento, cuando no sabía nada pero tenía tiempo, acababa de abortar voluntariamente, me había ido de casa y la que estaba acojonada era yo, no entendí nada. Ahora sí. Y la solución no es que las tías posemos, lloremos y callemos.

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