martes, 11 de diciembre de 2007

Dos amores a la vez

Si me preguntas con quién quiero pasar el día, reir, tener niños, inventar, te respondo que con X. Si me preguntas que con quién quiero pasar la noche, hacer el amor, abrazar, te respondo que con Y.

Me estoy volviendo loca, no sé qué hacer.

Yo tampoco sé qué contestarte, niña linda, Díselo a los dos y si lo aceptan, no sigamos hablando y pásatelo pipa, si no lo aceptan tienes que elegir, pero sea lo que sea primero descréete los matrimonios hasta que la muerte os separe, los príncipes azules, los hombres de mi vida, incluso el amor en los tiempos de cólera que es quizás de los pocos que se resisten a que los derribe. Alguien es hoy el amor de mi vida y puede no serlo mañana por mí, por él, por ella, por las circunstancias, que no podemos leer el futuro, preciosa, ni podemos idealizar el pasado porque somos aún muy peques para eso y nos queda un montón que disfrutar por delante y otros amores de la vida que conocer.

Siempre recuerdo cuando nos conocimos. Hablabas de un amor tan sólido como el hierro, denso, irrompible. Pero te fuiste al epicentro de una falla tectónica y tras varios terremotos aparecieron grietas en el suelo que se convirtieron en abismos cuando te asomaste de puntillas desde el borde. Creo que X. se traga la vida demasiado rápido y tú no tienes tanta prisa, aunque ahora lo veas purísimo sin pecado sin defecto inmaculado no lo es, te lo estás imaginando.

Poco más puedo decir, primita. Tírate por el abismo y no te caerás de pie pero tampoco quedarás tan malherida para no poder levantarte y seguir caminando.

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