Murió mi abuelo, el patriarca, mandón, gritón, de derechas y del Real Madrid hasta la médula. Crucé el océano como un rayo, no por él, sino para abrazar a mi abuela, dulce, elegante, humilde, mansa y mullida, no sea que no pudiese volver a hacerlo más.
viernes, 15 de junio de 2012
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