lunes, 4 de febrero de 2008

Comer, beber y amar en el sur de Marruecos

MARRAKECH


Plaza de D’jema El Fnaa

Gente, gente, gente y entre unos y otros zumos de pomelo rosa, té con menta por las terrazas, puestecillos humeantes en los que zamparse unas lentejas moras, atardeceres con el muecín de fondo, culturetas nocturnos (y algunos muy guapos) en Les jardins de l’Alhambra, serpientes sordas de tener una flauta enganchada a las orejas, leyendas infinitas contadas en corros.

Hammam Dar el Chabra
En la calle Fatima-Zohra, cerca de la Koutubiya. Para olvidarse del mundo en una caverna húmeda e hirviendo.


Hotel Gallia

Un riad con una terraza inolvidable. Sólo me quedé con ganas de usar la mantequilla, la mermelada y la miel del petit dejeneur en un festín caníbal por la cama.


Dar Cherifa

Salimos del caos de Marrakech al atravesar su escondida puerta y entrar en un café literario-galería de arte silencioso, con exposiciones temporales, sol por todos lados, almohadones inmaculados, almuerzos ligeros, susurros, miradas.


ESSAOUIRA


Taros
Un restaurante en el que brindar por el fin del viaje y derretirse de placer desde la primera ostra hasta el postre.

Plazuela pequeña a la derecha de la rue Mohammed Zerktoun
Un enorme zumo de naranja y kiwi con té de jazmín en una terracita al sol a 23 ºC en enero.

Plaza de Moulay Hassan
Petit dejeneurs viendo como la ciudad se despierta.

Les massages bérbères

Un masaje de dos horas con aceite de argán para salir flotando (y recordando Asia).

ENTRE ESSAOUIRA Y SIDI IFNI

Sidi Kaouki

A sólo treinta kilómetros de Essaouira, una playa inmensa y casi desierta en la que paseamos, nos bañamos, nos secamos en las dunas fumando un porrito y acabamos comiéndonos unas sardinas a la brasa, aceitunas con picante y ensalada de tomate marroquí en uno de los chiringuitos.

Cabras acrobáticas sobre los árboles de argán
Uno de los atractivos más divertidos del precioso paisaje que atraviesa la carretera entre Essaouira y Agadir.

Playas entre Tamri y Taghazoute

Da igual en cuál de ellas decidas bajar del coche, son todas impresionantes y vírgenes.

Playa Legzera
A la izquierda una puerta tallada en roca y, al atravesarla, una roca roja con forma de elefante. A la derecha, dos calas de las más bonitas que he visto en mi vida. Me encantaría volver allí sólo para cómo el sol desaparece en el mar al atardecer.

Hotel Suerte Loca en Sidi Ifni
Está allí desde 1936, llevado por una familia encantadora. Un lugar al que ir cuando quieres que no te encuentre nadie y se paren los relojes. Gracias, David.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ei! pedazo de viaje ;) molaría que te subieras estos sitios a tu 11870, así no se te olvidan (para la próxima) y seguro que más de uno agradecerá el descubrimiento!

salud!

minimono dijo...

Hola Esmeralda,
me has leído el pensamiento. Tengo todas las tarjetas de hoteles, hammams, el sitio de alquiler del coche y demás listos para subirlos allí.

Gracias y un besote,
Mar