domingo, 17 de enero de 2010

Una raya

22 de septiembre

Una rayita rosa. Sólo una. Pasan los tres minutos. Luego cinco. Incluso diez. Mis ojos no se mueven de la solitaria rayita. Aún es de madrugada. El pirata casi duerme. Vuelvo a la cama. Intento dormir. Se hace de día. Vuelvo a mirar. Una sola rayita. Ni rastro de hormona Gonadotropina Coriónica Humana (GCH) en tu orina, guapa, me dice la impar rayita rosa.

La regla, con una semana de retraso, aparece al día siguiente.

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