domingo, 15 de julio de 2012

Las farmacéuticas, las reinas del mambo

(Ocurrió hace ya unas semanas, pero no se me ha olvidado)


Glaxo (apodo de Glaxosmithkline) aceptó pagar una multa de 3.000 millones de dólares por abusos ilegales en la promoción de sus fármacos. Una multa récord, sí, pero Javier Sampedro, un periodista muy recomendable de Ciencia de El País pone las cosas en su lugar:

Durante los años en que sus medicinas ahora caídas en desgracia estuvieron a la venta, Glaxo ingresó 17.543 millones de euros por sus ventas. De modo que la multa por vender fármacos de manera ilegal apenas supone el 11% de las ganancias obtenidas con esas prácticas. Con esos números, cualquier junta de accionistas aprobaría hacer lo mismo la próxima vez.
 Otro artículo de El País profundiza y explica la práctica habitual de los laboratorios farmacéuticos para 'crear' patologías que se curen con sus nuevos medicamentos:
En el trasfondo de estas multas multimillonarias subyace el giro estratégico emprendido por algunos laboratorios a finales de los años ochenta para incrementar los beneficios, no por la vía de obtener nuevos y mejores fármacos, algo que resulta cada vez más costoso, sino por la de conseguir nuevas indicaciones para sus viejos medicamentos. Esta estrategia incluye la creación artificial de enfermedades, lo que en inglés se conoce como disease mongering, es decir, el intento, muchas veces culminado con éxito, de convertir procesos naturales en la vida como la menopausia, la tristeza o la timidez, en patologías susceptibles de ser tratadas con fármacos.

Y en Clarín hay una larga serie sobre malas prácticas de laboratorios y médicos, que te ponen por las nubes tal marca y dejan por los suelos la que tú conocías:
“En 2006 descubrí irregularidades de varios traumatólogos y pedí a Hacienda que investigara sus ingresos. También denuncié a médicos que le colocaban prótesis a los abuelos que eran para pibes de 20 años y a la vez le colocaban a pibes de 20 prótesis que servían para 10 años (que habían rechazado en el caso de abuelos) porque la empresa les pagaba coimas”, dijo la exministra de Salud, Graciela Ocaña.


Después de leer esto y lo otro y aquello, es fácil entender mi desconfianza, y la de muchos más, por el recetamiento compulsivo de los médicos y por qué nuestra casa está llena de muestras de medicamentos sin usar que nos ha pasado el pediatra, como el antihistamínico que nos dio para que no tenga tantos mocos (en vez de recomendar el viejo truco de la jeringa o la miniregadora con agua caliente y sal o suero...). 

1 comentarios:

Tina Paterson dijo...

para propolis!!

jijii
D.