viernes, 28 de septiembre de 2012

Orgasmos que estiran los límites de la vida

Me mastica las axilas. Me lame las piernas sin depilar. Me chupa los pies con las heridas de las sandalias. Respira en mi ano. Se frota la verga con las asperezas de mis codos. Eyacula en mis estrías. Dice que todo eso, la abundancia de mis imperfecciones, proviene de la salud.
(...)
Accedí temerosa. Sólo por una vez. Apenas como prueba. Y con la promesa de que, en cuanto me sintiera incómoda, él pararía de inmediato. Eso hicimos. Eso me hizo.

Tardé poco en darme cuenta de que era exactamente eso lo que necesitaba. Recuperar mi cuerpo. Todo, no una parte. Un castigo integral. Un daño despertar. 


Así que ahora estoy despertándome.

Él ansía golpearme y que yo le golpee. De arriba abajo, de pies a cabeza. 
(...)
Cada polvo provoca una resurrección. Nos agredimos. Nos ensañamos. Nos causamos mutualmente dolores para asegurarnos de que seguimos ahí. Y cada vez que confirmamos la presencia, el sufrimiento del otro, nos emocionamos igual que un reencuentro. Entonces tengo unos orgasmos que me estiran los límites de la vida. Como si la vida fuese un músculo vaginal. 

Quiero vengarme en carne propia.

Elena, la voz cantante de Hablar Solos, de Andrés Neuman.
Recomendable (y recomendable también la sonrisa de Neuman en Libros del Pasaje antes de presentar allí el libro, hace unas semanas).


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Desearia que fueras mas explicita...

minimono dijo...

Querido anónimo, yo desearía que tú al menos dijeses tu nombre. Está bien desear mucho, muchísimo.
m.

Anónimo dijo...

Querida Minimono, a mi me encanta contemplar los anonimos venecianos del Cinquecento y pensar que, tal vez, estoy en frente de un Giorgione.

Anónimo dijo...

Je suis impressionné! Blog très instructif sur sincablesyaloloco.blogspot.ru mon ami. Je voulais juste commenter et dire maintenir la qualité du travail.