sábado, 3 de mayo de 2008

Sant Jordi lejos de casa

Fue 23 de abril también en Madrid.

Pero salí de casa y ni a un lado ni al otro de la calle había puestos de libros, ni gitanas o universitarias vendiendo rosas, ni tenderetes hippies con marcapáginas artesanales y pendientes de pétalos rojos, ni una marea de peña que te empuja para pasar; tampoco mi madre paseando a mi lado, intercambiando novelas y escogiendo otras para mis hermanos; o los gemelos vestidos de dragón en el colegio; ni siquiera más besos tornillo de lo normal por las calles o en el metro.

Aún así, doblé la esquina de casa y al cruzar la puerta de nuestra librería diminuta toqué las Ramblas y volví, llegando hora y media tarde al curro con lagrimillas en los dedos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entenc la teva nostàlgia perquè jo també l'he patida els anys que he estat lluny de Barcelona.
Però, definitivament, Mar, el dia de Sant Jordi va ser un conyaso! (si et serveix de consol jeje)
Vam acabar la Karma, la Sonix i jo fent unes birres a la Rambla del Raval, l'única rambla de Barcelona on les festivitats patriòtico-catalanes passen completament desapercebudes! jeje

Et trobem a faltar! A veure quan vens i repetim soparet i riures. Encara ric de l'última fumada!

minimono dijo...

Tiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Que no havia llegit aquest comentariiiiii :) Vindré a veure'us a final de mes, espero que estigueu per allí :)

Petonets,
Mar