El omnipresente silencio tokiota
se rompe en las infernales salas de pachinko,
donde centenares de máquinas expulsan a la vez millones de canicas metálicas con las que llenan cestas y más cestas y más más cestas de plástico, que se amontonan alrededor de los jugadores para construir
paredes
murallas
castillos
rascacielos.
Ciudades enteras creadas con canicas a ritmo satánico.
YO SOY LA PRIMERA Y LA ÚLTIMA
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Retiro: YO SOY LA PRIMERA Y LA ÚLTIMA.
Límites del arte contemporáneo en relación al goce, el placer y el éxtasis.
Imparte: María Llopis
Fecha: 4 al 6 de A...
Hace 2 meses
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