viernes, 12 de junio de 2009

Empollona, conejo, gafotas, retrasado, maricón

puta, bicho raro, fragel, pinocho, vaca, plancha, pelota, enana, llorón...

¿Te insultaban o insultabas en el patio del colegio? ¿Eras de esos que llegaban a casa y sus padres leían en el cuaderno "no le gusta jugar en grupo, en el recreo se queda al margen de sus compañeros", de los que la profe escribía "es muy sociable, tiene capacidad de liderazgo, todos le siguen en las actividades de juego" o de aquellos sobre los que, un día tras otro, había poco más que añadir excepto "progresa adecuadamente"?

Los protas de La soledad de los numeros primos (de Paolo Giordano) son del primer grupo. De esos que dificilmente vas a reencontrar en el Facebook. De los que cuesta recordar el nombre.

Me ha encantado el libro.

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