lunes, 28 de noviembre de 2011

Ejército enemigo


En Ejército enemigo, de Alberto Olmos, hay un personaje mítico: Santiago. Un publicista mediocre, solitario, con alma de meticuloso agente de la Stasi, incapaz de respetar intimidad alguna, cínico, fisgón, voyeur... y con una blue cock exhibida todas las noches en Chatchinko, un site porno tipo ChatRoulette site porno al que se engancha (y quién no).

Ya sólo por el prota y las anotaciones diarias en sus cuadernos lacónicos (en los que apunta cuántos polvos echa y si se corre en el coño o en el culo de Rosa, su subordinada) la novela me parece grandísima. Pero además, la mirada lacerante al negocio de la solidaridad, y de forma premonitoria al 15-M, me revolvió el estómago mientras no dejaba de asentir.

Menos manis. Más guerrillas (y comunas).

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