lunes, 28 de noviembre de 2011

Visión fugaz

No me esperaba una polla así de grande. Ni tan preciosa.
Había cerrado la puerta. Bumbumbumbumbum. Me cogió la mano, me la puso encima y fue al agarrársela cuando me di cuenta. Se me abrieron los ojos como platos y sonreí como una imbécil. Y seguí sonriendo cuando se la guardó y desapareció, con una mirada cómplice como toda despedida.

No logré dar pie con bola el resto de la noche. Ni pensar en otra cosa.
Quiero más.

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