jueves, 10 de mayo de 2012
Después de una tormenta de otoño
Llegó a Buenos Aires
ese frío que despierta la piel,
el sol jugando al escondite con las nubes,
las calles húmedas y resbaladizas,
las aceras escondidas bajo hojas ocres rojas amarillas,
las medias enfundadas en piernas tentadoras,
los abrigos que, sugiriendo y ocultando, invitan a soñar,
el deseo de fundirse con otros cuerpos febriles,
el placer bajo edredones.
Publicado por minimono en 21:03
Etiquetas: buenos_aires, felicidad
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1 comentarios:
¡Yepa!
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