sábado, 20 de octubre de 2012

Entre su cuello y sus manos

Cuesta creer que ya ha pasado una semana,
cuando aún es tan fácil cerrar los ojos y volver a danzar en el infierno con ellos, entre ellos, con la boca entreabierta sobre el cuello de ella, tibio y dulce, y los colmillos suplicándome permiso para morderlo y darse un festín de sangre, y el resto de mi cuerpo a merced de las manos de él, llámandolas, gozándolas y chillando que lo recorran violentamente sin dejar de danzar.


En El Living, entre videoclips de los 80s.


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