sábado, 11 de enero de 2014

Cuerpos subversivos


Avanza la ciudad sobre los cuerpos.
Los acelera asusta individualiza excluye rutiniza emputece.

Pero resisten cuerpos subversivos,
como el suyo,
que no tienen urgencia.

Que te acarician con la yema de los dedos los pómulos, mirándote,
te besan casi inmóviles,
pasean lentamente sobre pieles cada vez más descubiertas,
exploran con sus lenguas entre tus piernas,
encontrando coños palpitantes, trémulos, borrachos de placer orgasmo tras orgasmo,

y los penetran ya saciados, entregados a los excesos, masturbándote -ellos, tú-

(sin dolor,
sin someterte,
sin insultos,
sin darte la vuelta buscando tu culo)

se detienen,
reciben tu coño de nuevo en su boca,
chupándote,
tragándote,

vuelven a penetrarte,
se frenan más,
te guían,
explotan,

y exhaustos
duermen, duermes, entrelazados, dando vueltas sin separarse nunca del todo, besándose sin llegar a despertar completamente,
horas y horas durmiendo,
sin obligaciones,
sin niños,
sin despertadores,
sin móviles,

entreabren los ojos pasado el mediodía,
sólo para volver a darte lo que pidas
y dormir un poco más,
mientras agarras un libro de Copi de su mesilla
y se te escapan carcajadas
camino a su bañera.
Te vistes mínimamente,
sigues con Copi en el balcón mientras esperas,
desayunalmuerzan contigo
y te despiden en la boca del metro con un beso pausado, cargado de ternura,

rumbo al trabajo,
con tu cuerpo más humano, menos mercancía.

1 comentarios:

Tina Paterson dijo...

Un paisaje de fuego..
Qué bien (te) escribes.