No sé si vive con sus padres, si tiene novia, si estudia o trabaja, qué hace los sábados por la noche ni por qué ayer se subió en el mismo vagón de metro que yo, acepté uno de sus auriculares, aceptó mi mano, me desnudó tan sólo cerrar la puerta de casa y antes de volver al camino del que se había desviado en el metro escribió con pintalabios en el espejo te había soñado.
domingo, 24 de febrero de 2008
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