jueves, 28 de junio de 2007

Efecto tarima

Decía Javier Marías en Negra Espalda del tiempo: “todos los profesores y profesoras del mundo disfrutan de lo que puede llamarse "el efecto tarima" y gracias a él levantan pasiones espúreas y alucinadas, hasta los más feos, los más sucios, los más odiosos, los más despóticos y los más ruines, lo sé de sobra. Yo he visto a deslumbrantes mujeres casi adolescentes flaquear y derretirse por infrahombres apestosos con una tiza en la mano, y a candorosos muchachos envilecerse (circunstancialmente) por un escote estriado inclinado sobre un pupitre.”

Algunos se aprovechan del mismo hasta convertirse en profesionales –léase aquí, por ejemplo, un par de profes de la Facultad- mientras otros hacen lo imposible por esquivar esas miradas fogosas y entregadas, intentaba explicarme ayer un príncipe de Cachemira mientras yo me perdía irremediablemente en sus ojos azulísimos.

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