Rafa Reig, a cuyas respuestas me he vuelto adicta, escribe hoy en la papelera de reciclaje:
DE: Transiberiano
A: AVE Madrid-Barcelona
ASUNTO: Ánimo, muchachos
Entendemos los retrasos. Nosotros también tardamos trece años en construir el Transiberiano, que sólo recorre unos 10.000 kilómetros, atraviesa ocho zonas horarias y tiene un proyecto que dura siete días, de Moscú a Vladivostok. Entendemos también que los problemas geológicos y de ingeneriería. Nosotros sólo tenemos que atravesar varias cadenas montañosas, construir puentes sobre unos cuantos ríos y cruzar los más de 600 km. del lago Baikal. Lo importante es que quede bien, como el Transiberiano, que sigue siendo la vía de comunicación más importante de Rusia y aún transporta el 30% de las exportaciones. Ánimo, muchachos, en unos pocos años lo tenéis.
Añado otro bonito ejemplo (aunque no tan bien articulado), sacado de China:
China construyó el tramo final del ferrocarril Qinghai–Tíbet (1.120 km) en cinco añitos. La rapidez ha sido fruto de las facilidades que presentaba el trazado, a saber: Ha tenido que salvarse el paso de Tanggula, que con 5.072 metros de altitud, convierte esta línea de ferrocarril en la más alta del mundo; se ha construido un túnel de tres kilómetros a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar; en casi la mitad del recorrido hay capas subterráneas de hielo y en verano la parte superior se derrite y la inferior se convierte en barro. Pero nada, esto son minucias si se comparan con las complejísimas características geológicas del subsuelo barcelonés, donde vamos a parar!
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