domingo, 12 de octubre de 2008

Tristeza infinita

Está tan triste que se le escapan lágrimas por la punta de los pelos desordenados. Se le caen de los bolsillos de los vaqueros cuando se aleja de mi cuerpo desnudo.

No solo se siente muy triste, me dice, también muy solo. Y es una soledad tan dolorosa que se le atragantan mis besos, el sushi, los lametones de perra cariñosa, una siesta juntoss bajo el edredón e incluso las palabras para explicarse.

No sé si volverá, si me dirá que se va, si vaciará su mesilla de noche.

No sé. Pero espero. Y lloro, intentando robarle así un poco de su tristeza.

2 comentarios:

Tina Paterson dijo...

sopla!
D.

www.tinapaterson.com

sònia dijo...

nena!!! what's happen?? quan vens a veure'ns???

muuuuuuuuuuuuaaaaaaaaa!!

sònia