jueves, 17 de noviembre de 2011

Y de postre, la bella Eva

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Llegaron a casa. Cenamos vichysoisse, berberechos y rape alangostado.
Y de postre, la bella Eva, compartida por el suelo de nuestra terraza de Chamberí entre fríos sorbos de gintonic.


Volví a verla después
y reaparecieron
los perturbadores mordiscos en el cuello que seguían visibles al día siguiente, nuestras lenguas enredadas por el rabo del pirata, la ligera punzada de celos al verle penetrándola… pero, más que nada, el sutil cosquilleo de su melena rizada entre mis muslos, la suavidad de su piel, el calor intenso de su coño, su olor, su sabor… y todo aquello que una noche más me di cuenta de que no pueden darnos los hombres.


La foto, robada a D.

2 comentarios:

Tina Paterson dijo...

jijiji
Os echaremos de menos.
D.

minimono dijo...

Y nosotros!!!

Organicemos otra cenita en breve, que nos quedan dos días de curro, oé oé oé...