Los demás policías se robaban el dinero para la comida de los presos y les daban sólo agua y polenta. Ella se negaba a hacer lo mismo. Una noche en la que era su turno la llamó uno de los seis presos (que estaban en su comisaría). "Tomá, nos las han dado tus compañeros y nos han dicho que hagamos con vos lo que queramos. Pero vos siempre te portaste bien con nosotros y además, si nos escapamos nos van a matar", le dijo, entregándole las llaves de las celdas.Parte de la entrevista con E. Font, criminólogo de la provincia de Santa Fe.
domingo, 7 de julio de 2013
Historias reales para no dormir
Publicado por minimono en 20:40
Etiquetas: argentina, cárceles, corrupción, periodismo, policía
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