viernes, 15 de junio de 2012

Sueño profundo, de Banana Yoshimoto

Deambulan, noctámbulas, solas y adormecidas, varias jóvenes tokiotas por este libro japo de relatos, de ritmo lento y a ratos onírico, ideal para leer un poco y dormirse con ellas.

Terako, mantenida por su amante: 
"El sueño me invade como la pleamar. Y no puedo resistirme. Es un sueño profundo, sin límites."

Shiori, profesional del 'sueño compartido': 
"Por las noches no puedo dormir, eso no sería profesional, ¿entiendes? No puedo dejar que se sientan solos. A todas las personas que vienen las han herido de maneras muy sutiles. Todas están exhaustas. Tan exhaustas que ni siquiera se dan cuenta de que lo están. Y todas estas personas, todas sin excepción, se despiertan durante la noche. Y en esos momentos es importante que, en medio de una luz suave, yo les sonría".

Shibami, hermana herida: 
"Este último año ha sido extraño para las dos. En el curso de nuestras vidas, ha sido un espacio de tiempo aparte, con una velocidad distinta. Un espacio hermético, silencioso. Más adelante, cuando miremos hacia atrás, seguro que lo veremos teñido de unos colores propios, como un bloque compacto [...] De un color azul marino como éste. El color de la noche cerrada, donde se concentra todo: los ojos, los oídos, las palabras".

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