Salimos.
Minutos después, alguien abre la puerta, empuja el carrito, entra, abre las cortinas y las ventanas de par en par, cierra la puerta. Por un momento abandona los gestos mecánicos y mira a través del espejo a su alrededor, preguntándose cómo es posible desordenar una habitación así en sólo un par de horas (¿en su casa armarían tanto quilombo?), pero no gasta tiempo en responderse y vuelve a la rutina:
Tira a lavar las toallas usadas y en una bolsa de basura los botes de gel y champú semigastados, pasa un chorro de agua por la bañera y coloca tres toallas limpias y dobladas, con dos botecitos nuevos encima, en uno de los extremos (¿por qué usaron las tres? ¿Se ducharon solos o por separado? ¿lo hicieron por higiene, por costumbre, por placer o para borrar cualquier rastro del otro en sus cuerpos adúlteros? Unos tanto, otros tan poco... casi ni se acuerda de la última vez que su piel quedó impregnada de sexo, está segura de que no fue durante los últimos polvos con su gordo, esos antes de separarse, demasiado cortos e insulsos para provocar ningún olor). Pasa la fregona algo distraída.
La niña María Isabel Francisca de Asís de Borbón y Borbón. La Chata
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La niña María Isabel Francisca de Asís de Borbón y Borbón. La Chata.
Princesa de Asturias. (1851-1931). Bernardo López Piquer. Óleo lienzo, ca.
1857. Pal...
Hace 4 semanas
1 comentarios:
¡Tostado!
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