jueves, 5 de julio de 2007

Conversaciones e incomunicaciones

“La concha con la que vive cada uno se me está cerrando alrededor porque no sé de qué coño hablar con la gente con la que me encuentro por ahí”, me contestaba el otro día en un e-mail una de las personas que más admiro del mundo. En el primer descanso del curso nadie se puso a hablar entre sí sino que cada cuál se fue por su lado y la mayoría empezaron a mandar sms o a llamar por el móvil. Y entre toda esta incomunicación, el director del CosmoCaixa, Jorge Wagensberg, nos soltó ayer como un mazazo (cuando ya nos tenía totalmente hipnotizados) que la conversación es imprescindible para el conocimiento, que pocas cosas dan más placer que poder interrogar a otro sobre un estímulo nuevo, compartir una duda, un misterio, un jeroglífico, una hipótesis e intentar resolverla. Aunque el acto final de comprensión sea radicalmente individual y solitario.

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