Las víctimas de los ataques estadounidenses tienen derecho a odiar, pero no a que se haga justicia.
Sólo se puede juzgar a un soldado de EEUU por estas muertes si "no se produjeron durante un combate, ni yendo hacia el combate ni volviendo del combate".
Eso sí, a cambio, el Ejército de la superpotencia les da dinero. Y la Organización Internacional de las Migraciones les ayuda a montar un pequeño negocio.
Y después son felices y comen perdices, ¿no?
YO SOY LA PRIMERA Y LA ÚLTIMA
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Retiro: YO SOY LA PRIMERA Y LA ÚLTIMA.
Límites del arte contemporáneo en relación al goce, el placer y el éxtasis.
Imparte: María Llopis
Fecha: 4 al 6 de A...
Hace 2 meses
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