El que paga ya no manda; al contrario, curra. Repostamos gasolina, nos pesamos la fruta en el súper, depositamos la basura en veintisiete cubos de colores, montamos los muebles del Ikea, nos autoinstalamos el ADSL... ¡Y encima pagamos por todo ello! Pronto, las funerarias repartirán cartelitos por los hospitales que digan: "Por favor, momentos antes de morirse, métase en el féretro, y cierre delicadamente la tapa". ¡Cómo diablos no va a haber cada vez más mileuristas si el personal está dispuesto a ejercer de camarero, frutero y técnico-instalador por la cara!
Lo escribía ayer RAMÓN MUÑOZ en un recomendable artículo en El País
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