El peque tiene fiebre diarrea vómitos. Da alaridos de dolor; gimotea, de purita debilidad y de tan mustio parece un arbusto encogido por la sed.
Tarda -mucho, muchísimo, eternidad y media-, pero llega un momento en que se deja caer en la cama y se arrima a mí hasta ocupar la cuna formada por mi pecho, muslos y vientre. Y así, meciendo al unísono nuestros cuerpos, mi respiración pausada, los latidos y un suave ro rorro ro rorro ro arrullan su sueño.
Sólo entonces remiten dolor nervios miedo clavados en las entrañas... y el cansancio, cual tsunami, me invade toda.
lunes, 13 de agosto de 2012
Arrullo
Publicado por minimono en 12:44
Etiquetas: enfermedad, maternidad
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