sábado, 23 de junio de 2012

Teoría (provisional) de porteños y catalanas o el agua y el aceite

Uy, ya verás, los argentinos, qué guapos son, qué seductores, qué peligro, que bla bla bla, me decían antes de venir para aquí.

Pasó un mes, luego dos, tres, cuatro, cinco...  

y porteños guapos hay, porteños salidos repasando el culo de todas las tías que pasan por la calle también, pero... ¿peligrosos?

Varias amigas catalanas confesaban estos días que echamos de menos que nos sonrían de forma gratuita en la calle, que un tío se nos quede mirando en el subte, que alguien frene su bici junto a la tuya para preguntarte cualquier tontería, que te sigan por el súper, que se te acerquen con curiosidad en un café... y si finalmente ocurre... ¡nunca son argentinos!

Por regla general, los porteños ni te miran (a los ojos; el culo siempre), pero la excepción que confirma la regla aparece y empieza a enrollarse y enrollarse y enrollarse... algo que a las catalanas, pues como que... no. (o no... la mayoría de las veces).


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Las pruebas por ahora son escasas y poco concluyentes, quizás algún día nos comemos la teoría con patatas.

3 comentarios:

Tina Paterson dijo...

Todo llegará.
Ya verás.
Bella.
D.

Anónimo dijo...

eso te pasa por irte tan lejos, si estuvieras aquí, no te salvaban ni los bomberos. Reguapa!

minimono dijo...

Jajajaja! Sí, a quien se le ocurre irse de esta españa campeona nuestra en la que hoy millones deben andar playeando o piscineando mientras en Buenos Aires nos pelamos de frío...