Que te disparen es una experiencia extraña, bastante distinta a cualquier otra. Cuando pasó por primera vez en realidad no me di cuenta, tenía tantas ganas de escapar que no se me ocurrió que lo que sentía en la piel y el músculo era una bala abriéndose paso. No sentí el dolor hasta más tarde, hasta que tuve en la boca la posibilidad de la vida, tan suculenta como un mango.Juegos sagrados, de Vikram Chandra.
Voy por la página 200 y me quedan 800, pero está siendo un descenso a los submundos de Mumbai apasionante.
0 comentarios:
Publicar un comentario