jueves, 1 de noviembre de 2007

Un vampiro extraviado en el metro a las once (de la mañana)

Durmiendo boca abajo envuelto en su capa, palidísimo y con ojeras penetrantes. Los colmillos aún manchados de la sangre de su última víctima y la mandíbula desencajada por el festín. Desaparece en cuatro caminos hacia su castillo aterrador. Sin lugar a dudas, el mismo que decoraron mis abuelos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Vas fer la festa de Halloween al final? Per què tens el mòbil desconnectat?

Truca'm!!!!!!!!!!!!!!!
Nuri