martes, 13 de noviembre de 2007

Puta enferma

un revolcón nocturno y otro y otro, tan fáciles, impúdicos, efímeros, sin nombres, ni conocimiento, ni móviles ni futuro alguno (a excepción de M.)...



y de repente alguien me dice que no.

martillazo

vuelvo a verle, se acerca, me come con los ojos. vuelvo a preguntar y me vuelve a decir que no.

la cabeza empieza a darme vueltas


se acerca más, hablamos, comemos, bebemos, vienen otros, nos juntamos en la mesa, nos rozamos tan poco que me duele delante de ellos y sigue siendo que no.

vueltas y vueltas y vueltas, el coco y el cuerpo se convierten en una puta centrifugadora


Más comidas, cigarritos, cañas, es sábado pero no, no y no.

(desesperación incontrolable y entonces llega un 'no porque llevo estas cartas pero sí'... si lo sabes y tampoco te importa...

mmmmmmmmmmmmm...

juego

riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing...
y es tan difícil no coger el teléfono en ese mismo momento que no puedo dormir ni contando ovejitas, ni leyendo, ni fumándome porros, ni masturbándome-sin-parar maldiciéndole, ni nada de nada de nada

- oye que sí, que al final sí
- ah, pues ahora no
- mañana?
- tampoco
- pasado?
- tampoco
- comemos en tu casa?
- que no.
- quedamos por la noche?
- que no puedo.

sólo nos dimos un beso y después caminé por madrid durante días con la sangre hirviendo de tal modo que que creía que me iba a reventar el coño incandescente.

y aún recuerdo cada sorbo que di a la última caña,
finalmente a las puertas de mi casa.
rematadamente enferma y puta y perdida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Realmente bueno, querida.

Recuérdame que cuando vaya por Madrid te busque, para que me digas que no.

minimono dijo...

Perfecto, darling, de entrada el no ya lo tienes.