martes, 4 de diciembre de 2007

Borrachera de lunes

Subo a tu mundo rosa y sentadas en el suelo alrededor de la mesa marroquí se cuelan cervezas heladas y limoncello en una conversación nocturna por varios continentes, décadas, planetas, generaciones, mientras tu visión inocente se me enreda suavemente por los pelos y los llena de plantas recién regadas, obras de teatro, peces con leones, mujeres y amores, entre otros muchos cuentos de vida.

El taxista que me devuelve a casa, no podía ser de otro modo, no escucha la cope ni es pepero ni racista ni homófobo ni anticatalanista ni otras virtudes venenosamente contagiosas de la capital. Al llegar de madrugada ansío con locura que esté en mi cama y, mezclando los deseos con la realidad, me desnudo ruidosamente, subo a horcajadas sobre su cuerpo y le follo -y se deja- con una mezcla de urgencia, locura y felicidad.

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