sábado, 29 de diciembre de 2007

Orígenes de la vida caracol

Empecé a ensayar la vida caracol cuando mi padre desapareció de casa y reapareció en otra con bañera de hidromasaje en la que se metía con una bruja pelirroja (y donde teníamos prohibido jugar, pero jugábamos, claro). Siempre decía que mi casa (burbujeante) es tu casa pero como no me compró nunca ni cepillo de dientes empecé a acarrear arriba y abajo un botiquín de necesidades básicas cada dos findes al que, con el tiempo, se añadió un bikini -porque la bruja pronto quiso una piscina y se escandalizaba si nos veía nadar en bolas-, tampax, cremas antiacné, un walkman, cera tebia, preservativos, píldoras anticonceptivas, chocolate, papel de fumar y una larga lista que ha servido de punto de partida a las posteriores excursiones nocturnas a casas ajenas.

0 comentarios: