jueves, 20 de diciembre de 2007

Si mi madre se entera de lo que hago los lunes...

Próxima parada: mi cama rica, pienso ingenuamente -con las neuronas ya recogidas bajo el edredón- el primer lunes que me encuentro por las calles madrileñas a las tres de la madrugada.
Pero, para mi perdición, lunes tras lunes, martes, miércoles... quienes me acompañan pronuncian direcciones que no coinciden con la de mi portal: un día es ¿Conoces la sala BarCo en Malasaña?; otro, Venga, niña, vamos a echarnos unos bailes flamencos al Candela en la c/Olmo; el siguiente, Podéis ir ahí, nos recomienda el taxista señalando el Templo en Bravo Murillo, un antro con decoración egipcia que huele a vainilla; uno más, Primita, la última en el Moloko, donde nos arrancamos a bailar en la sala vacía y a sacarnos fotos como locos a lo asiático (los primos arriba, el pirata y yo abajo); aún otro, Estamos en el Travelling de la c/Olivar, donde se turnan para ir al baño y yo declino las invitaciones; y el último por ahora, Hemos quedado en el Strock, en José Abascal con Fernandez de la Hoz, un local para olvidar donde descubro demasiado tarde -cuando nos echan de allí a las cinco de la madrugada- que está a tan sólo un minuto de mis deseadas sábanas. Si no me mata mi madre al descubrirlo, me matará Madrid.

0 comentarios: